miércoles, 29 de noviembre de 2017

La teoría de la gestión del terror

Había oído hablar de la teoría de la gestión del terror (management terror theory), pero desconocía la evidencia empírica que respalda esta teoría. Algunos de los estudios llevados a cabo por sus principales proponentes han mostrado resultados sorprendentes. Las derivaciones de estos estudios son inquietantes, y resultan reveladoras para comprender nuestra conducta social, así como la dinámica política de nuestras sociedades. Veamos un ejemplo.  

En uno de sus estudios más famosos, Florette Cohen, Daniel M. Ogilvie, Sheldon Solomon, Jeff Greenberg y Tom Pyszczynski intentaron probar la teoría de la gestión del terror de un modo bastante ingenioso. Seis meses antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2004, los investigadores indujeron a una muestra de estudiantes (grupo de experimentación) a pensar en su propia muerte, y en las emociones que esto les suscitaba. A otro grupo de estudiantes muy similar (grupo de control) les solicitaron que pensaran en el sentimiento de dolor. A ambos grupos les preguntaron por su intención de voto en las próximas elecciones (Bush o Kerry). Los resultados fueron sorprendentes: Los dos grupos tenían una ideología similar, pero el grupo al que se le indujo a pensar en la muerte favoreció a Bush en proporción de 3 frente a 1, mientras que el grupo de control se decantó mayoritariamente por Kerry (4 frente a 1).

¿Por qué el hecho de pensar en la propia muerte generó entre los participantes una preferencia por el candidato George Bush? Aquí es donde entra en juego la teoría de la gestión del terror.

La idea principal de la teoría de la gestión del terror es que el pensamiento de que la muerte es inevitable y, en gran medida, impredecible, genera en los individuos una necesidad de buscar la protección del grupo. La ansiedad existencial, el miedo a la muerte tiende a generar creencias, actitudes, comportamientos y prácticas sociales que facilitan la cohesión interna y la endogamia grupal. El sentimiento de pertenencia exacerbado permite al individuo reducir su ansiedad.

La teoría ha sido corroborada en más de 200 estudios. Por lo general, a un grupo de participantes se le induce a pensar en su propia muerte (frente a un grupo de control al que se le induce a pensar en un tema neutro). Tras un lapso de tiempo, se miden las actitudes de los individuos en relación a alguna cuestión socio-política (actitudes hacia otros grupos religiosos y étnicos, prejuicios, nacionalismo, comportamiento sexual, etc.). La mayoría de estudios muestra que cuando se induce a los individuos a pensar en la muerte se produce una tendencia hacia actitudes más xenófobas, al incremento del prejuicio y a la defensa de las visiones del mundo de nuestra tribu (sea esta nacional, cultural, política, etc.). Pensar en nuestra propia muerte nos hace también volvernos más violentos, odiar más a los animales y ser más materialistas (ver el Ted de Sheldon Solomon)




De ahí la mayor intención de voto a Bush cuando se indujo a pensar en la propia muerte. Bush representaba la protección de la tribu frente a los atacantes del atentado del 11 de Septiembre de 2001. Años después, inducir a pensar en la muerte logró generar una preferencia por un líder con una mayor orientación a la protección del grupo frente a un líder más exogámico. El miedo a la muerte, tal y como hipotetiza la teoría de la gestión del terror, tiende a exacerbar los sentimientos racistas, nacionalistas y xenófobos entre los individuos, porque estos sentimientos se relacionan con una mayor identidad grupal y sentimiento de pertenencia, que, a su vez, se relaciona con una disminución de la ansiedad existencial.

Mi interpretación es que el grupo es el vehículo fundamental para la supervivencia y la reproducción de un animal social como el ser humano. Por eso, cuando nos invade el miedo a la muerte, nuestra tendencia a la endogamia y la defensa del grupo se refuerza, porque necesitamos el grupo para la supervivencia. En toda sociedad coexisten ideas y tendencias endogámicas y exogámicas, conservadoras y progresistas. Porque todas ellas tienen cierta función principal para la supervivencia y la reproducción de los individuos (ver Nuestra naturaleza política). Cuando inducimos el miedo a la muerte, las tendencias endogámicas presentes, en mayor o menor medida, en todos los individuos, se amplifican.

La idea de la muerte juega un papel crítico en nuestra vida mental. La teoría de la gestión del terror nos dice que la ansiedad causada por la conciencia de nuestra mortalidad influye de modo significativo en nuestras creencias y comportamientos relacionados con la identidad social. 


Referencia: Cohen, F., Ogilvie, D. M., Solomon, S., Greenberg, J., & Pyszczynski, T. (2005). American roulette: The effect of reminders of death on support for George W. Bush in the 2004 presidential election. Analyses of Social Issues and Public Policy, 5(1), 177-187.

No hay comentarios:

Publicar un comentario