domingo, 22 de mayo de 2011

Argumentando

En ocasiones, cuando discutimos con algún compañero o amigo sobre decisiones cotidianas, cuestiones de política o moral o incluso sobre la realidad social o física, alguien concluye: "eso es tu verdad". Siempre me ha resultado curiosa esta frase. Nunca he creído que la verdad pueda ser propiedad de alguien. Las creencias, los prejuicios o los valores sí pueden pertenecer a un individuo, grupo o comunidad. También la interpretación de la verdad puede variar. Pero sospecho que la verdad empírica es universal, que no hay más que una, por mucho que algunas tradiciones de pensamiento se haya empeñado en negarlo.

Lo que creo que ocurre es que, en ocasiones, confundimos las cuestiones que pueden ser objeto de opinión o de gustos (María está más guapa con el pelo largo) con las que pueden serlo de debate moral o de valores (como cuando discutimos sobre política o estilos de vida), con las que deben ser objeto de debate empírico. Las dos primeras son más flexibles, y quizá no haya una verdad única en estos casos (aunque creo que incluso en los gustos también hay cuestiones empíricas implicadas). En el tercer tipo de cuestiones, las que se pueden demostrar empíricamente, el asunto es diferente.

Lo que ocurre es que sobre cuestiones empíricas también podemos discutir, claro. Pero esto es así porque la realidad es compleja, tiene muchos elementos relacionados, y difusa, borrosa. Así que la verdad tiene muchas partes. Por ejemplo, después de leer el Optimista racional, de Matt Ridley, uno concluye que el mundo, la economía o el medio ambiente nunca han estado mejor que ahora y que es esperable que sigan mejorando. Y parece que tiene buenas razones para afirmarlo. Sin embargo, si uno lee La historia de las cosas, de Annie Leonard, verá una historia mucho más preocupante.

Y quizá ambos tengan razón. Solo que cada uno está enfocando una parte de la verdad. Leo hace poco con interés sobre la teoría argumentativa. Creo que sirve muy bien para explicar estas cuestiones. Según diversos investigadores y profesores de filosofía, el razonamiento humano no está hecho para descubrir la verdad, sino para ayudarnos a vencer en las discusiones. El razonamiento puede ir, a veces, contra la racionalidad. Porque nuestro razonamiento está casi siempre buscando argumentos que justifiquen nuestras creencias y acciones previas. La ciencia, social o natural, que es el resultado conjunto de muchos individuos, sí permite descubrir la verdad. De la contraposición y colaboración entre argumentos enfrentados o diferentes puede surgir una explicación más cercana a la verdad. Es una idea interesante.

Creo que fue Heráclito el que dijo que "la verdad gusta de ocultarse". Yo añadiría que además gustamos de ocultarla. No achaquemos a la realidad defectos que son nuestros. Aunque en verdad quizá tampoco seamos del todo responsables de ellos.