viernes, 1 de mayo de 2020

¿Pueden los rasgos culturales y la calidad institucional predecir el impacto de la pandemia de coronavirus?

¿Puede la respuesta social frente a una crisis pandémica como la originada por la infección de coronavirus estar determinada por la cultura y el funcionamiento institucional de un país? Esta es la hipótesis de un estudio reciente liderado por la profesora de psicología cultural Michele J. Gelfand* y titulado Cultural and Institutional Factors Predicting the Infection Rate and Mortality Likelihood of the COVID-19 Pandemic.


Gelfand es conocida por su investigación sobre una dimensión fundamental de las culturas nacionales: el grado de rigidez-flexibilidad. Esta dimensión de la cultura está relacionada con el grado de orden normativo de una cultura, determinado por el número de normas sociales explícitas que posee una cultura así como por el grado en que estas normas son implementadas, seguidas de forma estricta o no, por los individuos de esa cultura. La investigación de Gelfand y colaboradores ha mostrado que las culturas se distribuyen en un continuo de Rigidez-Laxitud. La rigidez máxima -propia de países como Pakistán o Singapur- implica que la cultura posee normas para muchos aspectos de la vida de las personas y que estas normas son implementadas de modo estricto. La laxitud máxima implica que la cultura posee pocas normas, que estas son poco claras y que son implementadas de un modo laxo.


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Pues bien, según el estudio reciente de Gelfand y colaboradores, la cultura de un país, en interacción con factores institucionales como la eficacia gubernamental, podría explicar parte de los efectos sufridos por un país a raíz de la pandemia del coronavirus. Para analizar esta cuestión, los investigadores correlacionaron la tasa de infección y mortalidad causada por el coronavirus en diferentes países durante las últimas semanas con sus respectivas puntuaciones en el índice de rigidez-flexibilidad -medida a través de encuesta- y el índice de eficacia gubernamental -medida proporcionada por el Banco Mundial-.  


Fuente: World Bank. 

Los resultados del estudio muestran una pauta interesante: controlando por otros factores posibles -como la edad mediana del país o su renta per cápita-, los países con una alta eficacia gubernamental y una alta rigidez cultural tuvieron, de media, una menor infección y mortalidad por coronavirus que los países que combinan una baja eficacia gubernamental y una alta flexibilidad cultural. Es decir, se produjo un efecto de interacción entre la eficacia gubernamental y la cultura de un país en la respuesta a la pandemia. Por sí solos, ambos factores son capaces de explicar una parte pequeña de la respuesta ante la crisis. Pero, combinados, su poder explicativo aumenta. 


En el gráfico a continuación, los autores modelizan la expansión de la infección en función de la interacción entre eficacia gubernamental y cultura. La línea roja refiere a países con alta eficacia gubernamental y alta rigidez cultural. La línea azul muestra los países con baja eficacia gubernamental y alta laxitud: las infecciones aumentan exponencialmente.


Fuente: Gelfand et al (2020). Cultural and Institutional Factors Predicting the Infection Rate and Mortality Likelihood of the COVID-19 Pandemic

¿Qué mecanismos explican la asociación entre eficacia gubernamental, rigidez cultura e infección vírica? Una posible explicación es que una alta eficacia gubernamental combinada con un alto cumplimiento de las normas permite una mayor coordinación y cooperación entre gobierno, actores económicos, sociedad civil y población así como una aplicación más estricta de las medidas de salud pública necesarias. Ambos factores permiten que los gobiernos introduzcan y regulen y las comunidades implementen normas beneficiosas (por ejemplo, distanciamiento social, lavado de manos efectivo) y sean capaces de coordinar de modo efectivo la acción social (por ejemplo, distribución de kits de prueba y ventiladores).


Los datos del estudio son observacionales y las correlaciones estudiadas son ecológicas (con menos de 50 casos). Por lo que debemos considerar los resultados como tentativos. Aún así, constituye una evidencia muy interesante del posible papel de la eficacia institucional y la cultura en la respuestas sociales ante las crisis epidémicas. 


* Existe una versión en español del último libro de Michele Gelfand: Rígidos contra flexibles. Reglas de oro para un mundo sin normas.