sábado, 24 de septiembre de 2016

Sistemas que perduran

Resulta obvio que para comprender un sistema complejo- desde un bosque a una ciudad, pasando por una organización- debemos pensar sistémicamente. El pensamiento mecanicista y analítico nos permite medir y examinar variables, analizar correlaciones, etc. Así que resulta también de gran utilidad. Pero para entender realmente el funcionamiento de un sistema debemos tener una perspectiva global, holística, sistémica.

En un interesante TED sobre “Cómo construir empresas que duren 100 años”, el estratega y consultor Martin Reeves identifica, partiendo de la perspectiva sistémica en el ámbito de la ecología, los principios que hacen que una empresa sea capaz de sobrevivir en un entorno complejo y cambiante como el sistema económico actual. 


Una organización es un sistema complejo adaptativo (consta de individuos interconectados que desempeñan distintas funciones y trabajan con un objetivo y es capaz de adaptarse y aprender) que forma parte de un ecosistema de negocios, que a su vez forma parte de un sistema social más amplio. Las organizaciones son como otros sistemas biológicos, por lo que los principios que proporcionan robustez en estos sistemas, también son aplicables a los negocios.

Reeves, Levin y Ueda identifican seis principios de funcionamiento que hacen que un sistema complejo adaptativo sea más robusto y, por tanto, más duradero. Los primeros tres principios son estructurales, es decir, tienen que ver con el diseño del sistema:
  1. Redundancia. Duplicación de ciertos componentes o funciones críticas del sistema.
  2. Diversidad. Heterogeneidad en las personas, funciones, ideas. 
  3. Modularidad. Compartimentalización entre los componentes del sistema
Los segundos tres principios están relacionados con la gestión, con la aplicación de inteligencia e intencionalidad en la gestión del sistema:
  1. Adaptación. Acciones dirigidas a la acomodación a las condiciones del entorno monitorizando el cambio, promoviendo la experimentación y diversidad, etc. 
  2. Prudencia. Evaluar las consecuencias posibles de las acciones, llevar a cabo acciones preventivas. 
  3. Incrustación. Establecer normas de reciprocidad y relaciones de confianza con otros organismos en el entorno. 
Tanto en su TED como en su artículo, Reeves y compañía ofrecen numerosos ejemplos de organizaciones que fueron capaces de aplicar alguno de estos seis principios para sobrevivir en un entorno competitivo y cambiante. Pero también de otras organizaciones que no fueron capaces de aplicarlos (como Kodak o Ericsson). 

Es apasionante pensar que estos seis principios son aplicables a cualquier sistema complejo adaptativo, desde un ecosistema a una sociedad.




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