Una cuestión apasionante en el estudio de la causalidad es la diferencia entre causas próximas y causas últimas así como entre explicaciones causales nomotéticas y explicaciones causales ideográficas. Veamos cómo se aplican estas diferencias en el estudio de la conducta social.
En su libro Good Reasons for Bad Feelings: Insights from the Frontier of Evolutionary Psychiatry, el psiquiatra y biólogo evolutivo norteameriano Randolph Nesse hace uso de esta diferencia para explicar los orígenes de las afecciones mentales como la depresión o la ansiedad, la esquizofrenia o la adicción. La idea básica del libro es que para comprender los trastornos mentales, emocionales y de la conducta, debemos recurrir tanto a las causas próximas de los trastornos (cómo funcionan, qué mecanismos están implicados) como a sus causas últimas o evolucionistas (por qué la selección natural favorece, bajo ciertas condiciones, la aparición de estos trastornos en los seres humanos). También debemos recurrir a explicaciones nomotéticas (qué factores de riesgo están asociados a los trastornos en la población) como a las explicaciones ideográficas (qué elementos desencadenaron un trastorno mental en una persona en concreto).
Veamos la diferencia entre causas próximas y causas últimas. Si pensamos, por ejemplo, en las emociones, la causa última de la existencia de emociones positivas y negativas se relaciona, como es lógico, con la selección natural y sexual. Las emociones positivas motivan a los organismos a buscar y permanecer en situaciones que ofrecen oportunidades para sobrevivir y reproducirse (en los seres humanos, con un cerebro social evolucionado, estas oportunidades son más diversas que en otras especies e incluyen el placer físico pero también la amistad, la adquisición de estatus o el amor). Las emociones negativas motivan la evitación y la huida de situaciones que implican una amenaza o una pérdida (sea una amenaza física, el rechazo social, la pérdida de estatus o el aislamiento). Los trastornos mentales, como la ansiedad, poseen una génesis evolutiva más compleja y no son necesariamente adaptativos, pues pueden reflejar una desregulación del sistema emocional, una “sobreactuación” del sistema, así como una vulnerabilidad del cerebro humano evolucionado para sobrevivir y reproducirse en un entorno biosocial determinado y que produce fallos en determinadas circunstancias.
Estas serían las causas últimas de los trastornos como la ansiedad o la depresión en los seres humanos. Pero, ¿por qué mecanismos un individuo desarrollaría una depresión? Las causas próximas de los trastornos mentales referirían a los distintos mecanismos relacionados con el funcionamiento de los genes, factores prenatales y durante la crianza, los eventos estresantes personales, el funcionamiento de la amígdala, los neurotransmisores, el grado de neuroticismo, etc. que explican por qué y cómo se origina un trastorno en las personas. Comprender estas causas nos permitiría comprender por qué unas personas desarrollan un trastorno y otras no. Pero no nos permitiría descubrir el verdadero o el porqué último de la depresión o la ansiedad en el ser humano.
Además de causas últimas y próximas podemos distinguir, como decimos, entre explicaciones nomotéticas (o regularidades empíricas) y explicaciones ideográficas (o cadenas causales). Nesse refiere a esta distinción, relevante en las ciencias sociales y el estudio de la conducta humana, para poner de manifiesto las dificultades en la comprensión y tratamiento de los trastornos mentales en las personas.
Pensemos en cómo se formulan las explicaciones causales en la investigación analítica en ciencias sociales. Si, por ejemplo, queremos comprender el efecto del encarcelamiento parental en la trayectoria vital de los niños, tendremos que observar, en una muestra de decenas de niños en un área geográfica determinada, si los niños con un padre en prisión tienen, por ejemplo, peores resultados académicos que los niños sin un padre en prisión, manteniendo todo lo demás (estatus socioeconómico, estado civil, etc.) constante. La investigación al respecto parece consistente. Los niños con un padre en prisión tienen, de media, peores resultados en distintas dimensiones en su trayectoria vital (más probabilidad de cometer un delito, entrar en prisión, etc.). A esto se dedica la investigación social analítica cuantitativa, en general. Se observan regularidades empíricas más o menos potentes y consistentes (ej.: el encarcelamiento paterno se asocia con peores resultados vitales en los jóvenes) que son expresadas en probabilidades (cuando A cambia es más o menos probable que B cambie). Son efectos y mecanismos causales o explicativos.
Pero conocer una regularidad empírica sobre un fenómeno (una conducta social o rasgo social en nuestro caso) no permite comprender el origen de este fenómeno en un individuo o caso concreto. Por ejemplo, sabemos que fumar incrementa la probabilidad de desarrollar un tumor canceroso. Pero cuando una persona concreta desarrolla un tumor canceroso, no podemos saber las causas del desarrollo de su tumor, pues estas podrían ser muy diversas y no tener nada que ver con el hábito de fumar (esta persona podría no fumar, por ejemplo). Esto ocurre en cualquier ámbito del conocimiento científico. Por ejemplo, las leyes de la gravedad son necesarias para explicar por qué existen las estrellas o las lunas, pero no son suficientes para explicar la secuencia de eventos que han conducido al desarrollo de una estrella o una luna en particular. De la misma forma, podemos conocer los factores de riesgo asociados al suicidio, pero esta información será insuficiente para conocer qué llevó a una persona a suicidarse.
Conocer las probabilidades generales es útil para entender un fenómeno pero resulta insuficiente para comprender la cadena de eventos explicativos del fenómeno en un caso concreto.
Aquí entramos en el terreno de las explicaciones ideográficas (la distinción entre explicación ideográfica y nomotética fue introducida por Hugo Münsterberg en una conferencia en la Asociación Americana de Psicología en 1899. Personalmente prefiero los conceptos de regularidades empíricas y cadenas causales). Las explicaciones nomotéticas, como decimos, nos permiten profundizar en cómo, por ejemplo, los genes, el autocontrol, las creencias criminogénicas, el grupo de amigos y conocidos o el consumo de sustancias son factores asociados (probabilísticamente) a la comisión de un delito en los jóvenes. Pero si queremos explicar por qué una determinada persona acabó cometiendo un delito, conocer estas regularidades resulta insuficiente. Quizá el joven tenía un nivel bajo de autocontrol, tuvo profesores poco comprensivos, lo que le llevó a abandonar los estudios muy joven, lo que le hizo mudarse a una vivienda en la que coincidió con personas que cometían delitos, lo que le llevó a participar en distintos delitos para sentirse integrado, lo que desencadenó en una forma de vida delictiva...la cadena de causas puede ser larga y sinuosa. Lo importante, aquí, es conocer los eventos que de modo secuencial o simultáneo condujeron a la conducta o rasgo en un individuo.
Pero, ¿es posible combinar ambos tipos de explicaciones causales? En el ámbito de la psiquiatría, por ejemplo, instrumentos como el Schedule of Recent Experience (SRE) tratan de comprender el estrés a largo plazo que está experimentando una persona. Para ello examina los principales acontecimientos de la vida que ha experimentado la persona durante el último año y asigna una puntuación adecuada a cada uno de ellos. Es una forma de cuantificar de modo analítico la secuencia de causas que pueden conducir al desarrollo de un trastorno. Se personalizan las generalizaciones probabilísticas de las explicaciones nomotéticas y se obtiene una medida cuantitativa de riesgo para el individuo concreto. Pero estas medidas no están exentas de limitaciones.
Otros autores como Ronet Bachman y Russell Schutt han sugerido que la investigación cualitativa podría tener el papel de proporcionar explicaciones ideográficas en la investigación de la conducta social. Desde mi punto de vista, esto situaría a la investigación cualitativa fuera de la investigación analítica, lo que sería un error. Las explicaciones ideográficas son necesarias en la práctica, y no tanto en la investigación analítica. Pero los hallazgos cualitativos suelen resultar esenciales para ilustrar y comprender mejor las regularidades observadas en la investigación nomotética.
Para ir de modo sustantivo de lo universal a lo particular sin olvidar la importancia de las explicaciones últimas, Ness propone, en el ámbito de la psiquiatría, la técnica denominada Review Of Social Systems, una forma de entrevista en la que se exploran los esfuerzos de los individuos en la consecución de seis objetivos vitales universales: social, ocupacional, familia, ingresos, habilidades y salud y relaciones íntimas. El objetivo es identificar en cada área vital problemas que puedan estar causando síntomas. Algo parecido a como trabajan numerosas terapias psicológicas y programas de coaching (Ness menciona el ejemplo de la puntuación Agpar, una prueba para evaluar la salud de un bebé que considera cinco factores: Aspecto, Pulso, Irritabilidad (del inglés Grimace), Actividad y Respiración. En la prueba, cada factor o aspecto se evalúa en una escala que va del 0 al 2, siendo 2 la máxima puntuación posible. Una puntuación muy baja puede indicar que el bebé necesita ayuda médica adicional o de emergencia).
En definitiva, cuando pensamos en las causas de los fenómenos sociales y la conducta social, es importante tener en cuenta la existencia de distintos niveles de causalidad. Las causas últimas nos hablan del origen evolucionista de los fenómenos sociales (por qué los seres humanos y las sociedades humanas desarrollan ciertos rasgos). Las causas próximas nos indican los factores y mecanismos que explican la variación de los fenómenos sociales y la conducta social (¿está determinado factor asociado con cierta conducta o rasgo?; ¿qué mecanismo vincula ese factor con el rasgo o conducta en cuestión? Las explicaciones nomotéticas suelen referir a estas causas próximas. Buscan regularidades probabilísticas, conexiones entre variables. Las explicaciones ideográficas nos permiten pensar en la causalidad en el ámbito de los individuos concretos, en la cadena de eventos que condujo a un resultado específico para un caso específico, lo cual es fundamental en el terreno de la práctica e intervención (¿por qué una determinada persona o sociedad desarrolló cierta conducta o rasgo?; ¿por qué sucedió un determinado evento?).
Todo esto nos permite comprender mejor el mundo social.