martes, 16 de abril de 2019

Cultura, organización social y éxito económico: El caso de los países Nórdicos

El efecto de la cultura y la organización social en el desarrollo económico es ampliamente conocido en el ámbito de la sociología, la psicología cultural, la economía o la antropología. La cultura de una sociedad, esto es, los valores, creencias y normas prevalentes en una comunidad humana, incide de formas diversas en comportamientos en el ámbito económico como la cooperación, la tolerancia ante la desigualdad, la equidad o la confianza. La cultura, a su vez, interactúa con dimensiones de la organización social como el grado de homogeneidad, la desigualdad o la cohesión social, que a su vez interactúan con las instituciones políticas así como con las políticas y regulaciones específicas implementadas. La causalidad del desarrollo económico, como de la misma cultura, es más compleja de lo que en ocasiones asumimos. Hay numerosos estudios, algunos clásicos, al respecto. Pero quiero centrarme en la tesis presentada en el libro Debunking Utopia: Exposing the Myth of Nordic Socialism (Nima Sanandaji) sobre la relación entre cultura, organización social y éxito económico en los países nórdicos.

La idea principal de Debunking Utopia es que el éxito económico y social de los países nórdicos se explica, en gran medida, por la conjunción de a) determinadas características socio-culturales previas como la homogeneidad de la población, la elevada cohesión social, la alta confianza interpersonal, el elevado capital humano, la ausencia de conflictos violentos, una fuerte ética del trabajo, una elevada honestidad y un estilo de vida saludable, b) instituciones económicas capitalistas y de libre mercado y c) instituciones políticas y legales inclusivas y estables en el tiempo. Es decir, la visión convencional según la cual el éxito socio-económico de los países nórdicos es resultado de determinadas políticas sociales o económicas durante la segunda mitad del siglo XX olvidaría el fascinante empuje económico producido, por ejemplo, en Suecia entre 1861 y 1914 y determinado, en gran medida por una cultura y organización social particular.  



Pero, ¿qué produjo esa configuración social y cultural tan particular en los países nórdicos? Sanandaji, a partir de la revisión de estudios de sociólogos y economistas europeos, considera que las características de la sociedad nórdica son resultado de una historia social caracterizada por la ausencia de un sistema feudal tan desarrollado como en el resto de Europa, la presencia temprana de derechos de propiedad, la producción agrícola en manos de agricultores independientes con propiedad sobre la tierra, que favorece el esfuerzo y la innovación, y, sobre todo, la homogeneidad étnica, que favorece la cooperación y cohesión social. Estas características prepararon el terreno para uno de los milagros económicos (Suecia era un país relativamente atrasado en el siglo XIX, aunque, no casualmente, contaba con ya con un nivel de alfabetización comparativamente muy elevado) más significativos de la historia, favorecido, a su vez, por políticas efectivas e inteligentes .

Una idea interesante del libro es que la baja desigualdad, en términos de renta, salarios y propiedad de la tierra, de los países nórdicos podría haber sido resultado de la homogeneidad social y étnica previa, que habría favorecido políticas salariales más equitativas al inicio del desarrollo económico. Una alta homogeneidad habría producido más igualdad en la distribución del ingreso y en la propiedad de la tierra, que a su vez habrían producido más confianza y mayor ética del esfuerzo y el ahorro entre la población.

Dos hallazgos mencionados en el libro son especialmente interesantes. En primer lugar, el éxito económico de los suecos emigrados a Estados Unidos en el siglo XIX, así como el de sus descendientes (son más ricos, de media, que los suecos que viven en Suecia), que probaría, de alguna manera, que las características de la población sueca favorecen el éxito en cualquier sociedad libre. En segundo lugar, las dificultades de la población inmigrante en Suecia, con resultados económicos más pobres que en Estados Unidos, lo que parece indicar que Estados Unidos proporciona más oportunidades económicas para la población no autóctona que los países nórdicos.  

Aunque la tesis principal de Sanandaji es que la creación del estado del bienestar en los países nórdicos fue más bien la consecuencia del éxito económico y social escandinavo y no su causa (Sanandaji dedica un capítulo a mostrar los excesos del estado del bienestar sueco y sus efectos nocivos sobre el crecimiento económico), los análisis de Sanandaji esconden ideas apasionantes sobre la relación entre organización social, cultura, instituciones políticas y económicas y políticas públicas. Ideas que muestran la complejidad del desarrollo social y económico sin negar la importancia de las políticas públicas efectivas.

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