sábado, 19 de enero de 2019

Las leyes del éxito

El éxito es el reconocimiento que una comunidad o sociedad otorga a un individuo, un producto o una idea. El éxito depende de la actuación, adecuación o talento de la persona o la idea. Pero el éxito es, en gran medida, una respuesta de la sociedad. Y esta respuesta tiene unas reglas que pueden conocerse. Esta es la tesis del científico de redes Albert-Laszlo Barabasi. En The Formula: The Universal Laws of Success nos introduce a las cinco leyes del éxito.
La diferencia entre el logro, el desempeño, la habilidad, el talento, la calidad, el fitness de una persona en un ámbito de actuación, un producto o una idea, y el éxito de esa persona, idea, producto o servicio es una cuestión esencial. El logro, el rendimiento, la calidad, el talento son fenómenos atribuibles al individuo, la idea, el producto o servicio, mientras que el éxito tiene un origen social, es sobre nosotros como sociedad, refleja la recompensa que otorgamos a individuo, producto o idea (ej. ventas, salario, apreciación social, premios, etc.). Logro y éxito pueden estar correlacionados. Un producto de gran calidad puede vencer, incluso, una influencia social inicialmente desfavorable. Pero la correlación dista de ser perfecta.



Barabasi nos presenta lo que considera las cinco regularidades fundamentales del éxito:

1. La habilidad determina el éxito, pero cuando la habilidad no es medible, las redes determinan el éxito. Barabasi refiere a su investigación sobre el mundo del tenis, un deporte en el que es relativamente sencillo medir la habilidad. En este caso, el éxito está muy relacionado con la habilidad. Los tenistas más habilidosos (medido por los partidos ganados o los puntos obtenidos), como Nadal o Federer, son también los más exitosos (los que más ingresos obtienen). En el otro extremo, en el mundo del arte, en el que la habilidad, a partir de cierto nivel es difícil de medir, el éxito es, en gran medida, el resultado de la explotación exitosa de las redes que determinan el éxito (ej. galerías importantes, publicidad, otros artistas, etc.). Es decir, la habilidad junto con la ambición determinan el éxito en los ámbitos en los que es fácil medir la habilidad. Cuando es difícil medir la habilidad, las redes determinan el éxito.



2. La habilidad o el rendimiento están limitados, el éxito no.  La habilidad tiene un rango limitado (nuestra habilidad o la calidad de una idea suele variar en un gradiente limitado; ej. de 0, muy baja, a 10, excelente). La distribución de la habilidad en una población se aproxima a una curva normal: la mayoría tiene un talento medio, unos pocos tienen un talento muy bajo y unos pocos tienen un talento muy alto. Sin embargo, el éxito no tiene un rango limitado (¿cuántas millones de copias puede vender un libro de éxito en 100 años?) y su distribución tiende a adoptar la forma de la ley potencial (power law): la mayoría de los individuos o productos consiguen un éxito limitado o nulo mientras que unos pocos individuos o productos consiguen un éxito enorme.



Pensemos en Messi o la novela Harry Potter. Messi consigue posiblemente 1.5 veces más goles que un delantero medio de primera o segunda división. La novela Harry Potter produce, seguramente, un placer de lectura entre los jóvenes 2 o 3 veces más elevado que una novela media. Pero Messi consigue cientos de miles de euros más que el delantero medio o que un delantero de segunda división y las ventas de Harry Potter son decenas de millones más elevadas que una novela media de una editorial juvenil.

La diferencia entre una distribución normal (como la de la altura, el peso o la inteligencia) y una ley potencial (como la de las ventas, la atención a los artículos de prensa) es de gran interés en el ámbito de las ciencias sociales, pues ambas representan fenómenos sociales de un carácter muy diferente. Ambas se observan en numerosos fenómenos de la vida natural y social.

3. Adecuación x Éxito previo= Éxito futuro

Si pensamos en un producto o servicio, hay dos elementos fundamentales en el éxito. En primer lugar, el fitness del producto, servicio o idea. El concepto de fitness referiría a la adecuación del producto o servicio, que incluiría la calidad del mismo, así como la medida en que satisface alguna necesidad de los individuos. Todos estamos de acuerdo en que ciertos productos tienen un mejor fitness que otros (el Iphone, Neftlix, etc.). Y hay evidencias de que una adecuación alta de un producto puede vencer la influencia -o la falta de- influencia social. Pero hay un segundo factor tan importante como la calidad o adecuación de un producto. Se trata del éxito previo, referido en algunos ámbitos como efecto de red o efecto Mateo: aquellos productos o servicios que tienen un éxito inicial tienden a acumular más éxito en el futuro. Algunos de los estudios que muestra Barabasi son sorprendentes (como el conocido experimento de Music Lab). El sociólogo Arnout van de Rijt ha mostrado, por ejemplo, que los proyectos de Kickstarter (una página web en la que individuos anónimos pueden financiar proyectos presentados por cualquier individuo sobre cualquier temática) que son financiados al inicio con independencia de su calidad (los investigadores los financiaron aleatoriamente) acumulan una mayor financiación al final del plazo que aquellos no financiados inicialmente. El éxito inicial, a veces producto del azar o la arbitrariedad, genera éxito en el largo plazo.

4. Mientras que el éxito de un equipo requiere diversidad y equilibrio, un individuo recibirá el reconocimiento por los logros del equipo.

Los equipos pueden tener un rendimiento alto, pero pueden no ser exitosos. Los equipos con rendimiento alto suelen tener un equilibrio entre cohesión y diversidad así como pautas eficaces de comunicación. Los equipos que tienen éxito tienden a tener un líder natural que es significativamente más productivo que el resto del equipo. El entorno social percibirá, por lo general, a este líder como el responsable de los logros del equipo.  

5. El éxito puede llegar a cualquier edad mientras seamos persistentes.

La última ley nos dice que el éxito es independiente de la edad, si somos capaces de persistir en la consecución del éxito. Barabasi analiza la productividad de científicos en distintos ámbitos. Lo que parece una caída del éxito (en la forma de descubrimientos significativos) con la edad de los investigadores es, en realidad, una caída del esfuerzo y persistencia del investigador con la edad. Los investigadores más jóvenes realizan más apuestas (lanzan más ideas o proyectos) que los investigadores más mayores. Cuantas más apuestas realizas, mayor probabilidad de éxito. Barabasi considera que el talento de un investigador (su capacidad para convertir una idea en un descubrimiento) está fijado una vez el investigador accede a un ámbito del conocimiento. Después, el éxito estará en función del valor de la idea así como de la persistencia en el lanzamiento de ideas.

El éxito es, en definitiva, el resultado de la relación entre el talento y la ambición del individuo, la adecuación y el valor de la idea o producto, la persistencia y la influencia social. Para entender las leyes que dominan esta compleja interrelación, The Formula es un libro muy recomendable.