sábado, 9 de mayo de 2015

Las redes sociales nos hacen más inteligentes


Nada manifiesta mejor la profunda conexión entre nuestra vida cerebral, mental y social como el fenómeno de las redes sociales. Dice Alex Pentland en este interesante TED que nuestras redes sociales, nuestras conexiones con otros individuos, nos hacen más inteligentes. Se trata de un titular útil para llamar la atención. Pero resulta algo impreciso. Las redes sociales no nos hacen más inteligentes; ni menos inteligentes. Sencillamente, nos hacen. Las redes sociales son la expresión de nuestra naturaleza sociobiológica.


El desarrollo de nuestro cerebro depende en gran medida de nuestra relación con progenitores, cuidadores y pares. Nuestra actividad mental, nuestro nivel de bienestar emocional como adultos depende, también, de nuestras relaciones personales, del tipo, frecuencia y calidad de las mismas. Nuestra capacidad para el éxito, para generar e implementar ideas, para alcanzar nuestras metas, dependen, en gran medida, de nuestro capital social, de nuestras redes sociales. La salud de las comunidades y sociedades, la capacidad de producir riqueza e innovación, la eficacia colectiva, la capacidad para luchar contra elementos indeseados y para favorecer el progreso social de una sociedad dependen del tipo de relaciones que establecen sus miembros individuales y colectivos.



Alex Pentland, investigador del MIT y autor de Señales honestas ha investigado durante años las señales que transmitimos los individuos en nuestra interacción en grupos humanos y organizaciones. En este otro TED comparte algunas ideas interesantes. Pentland habla de implicación en una red social (los famosos vínculos fuertes y sus conocidos efectos protectores), pero también refiere a la idea de exploración en la red social, de conexión con vínculos débiles, de búsqueda de nuevos contactos sociales.

Implicación y exploración en las redes sociales son dos elementos esenciales para el óptimo funcionamiento de nuestro cerebro, tanto de adultos como de niños.

Es en este sentido en el que podemos argumentar que las redes sociales nos hacen más inteligentes. La exploración fuera de nuestro círculo social íntimo juega un papel fundamental en la adquisición de nueva información. La exploración social es un elemento clave en la innovación, en la combinación de ideas, en la generación de nuevas oportunidades. En este sentido, como afirma Andrea Kuzwenstein en este interesante editorial en Scientific American, el networking es uno de los 5 elementos que pueden incrementar tu potencial cognitivo.

Al exponerte a nuevas personas, ideas y entornos, te abres a nuevas oportunidades para el crecimiento cognitivo.

En definitiva, resulta sorprendente el poder de las redes sociales y el capital social en el funcionamiento de nuestro cerebro, nuestra mente y nuestra sociedad. Dejo otra interesante lección sobre el capital social del investigador Nicholas Christakis. Y el vínculo al blog de mi amigo y colega Julián Cárdenas sobre redes sociales.



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