No conocía la obra de Tim Jackson. Se trata de un profesor de economía de la Universidad de Surrey, director de un grupo de investigación sobre estilos de vida, valores y medio ambiente. Acaba de publicar un libro cuyo título y contenido resultan muy interesantes: Prosperity without growth: Economics for a finite plante. Una muy buena introducción a sus ideas sobre el crecimiento económico, la prosperidad social y el medio ambiente se puede obtener también en su reciente charla en ted.com.
El debate sobre los límites ecológicos del crecimiento económico no es nuevo. Desde los orígenes del conservacionismo y el movimiento ambientalista, la crítica al crecimiento económico ha sido una pieza esencial del pensamiento verde. La publicación de los límites del crecimiento (informe Meadows) en los años setenta supuso un hito en este debate. Desde entonces, la teoría del crecimiento cero considera que la única manera de limitar la crisis ecológica es alcanzar una economía estacionaria, sin crecimiento económico (concepto popularizado por Herman Daly). Como afirma Jackson, cuestionar el crecimiento económico siempre se ha considerado propio de lunáticos, idealistas o revolucionarios. La mayoría de gobiernos evalúa su actuación económica en términos de crecimiento del pib. El desempleo o los ahorros van ligados al crecimiento en el pib. Así que cuando una economía no crece, la población pasa por serias dificultades. Confieso que algunas de las propuestas de los defensores de la economía estacionaria siempre me han parecido siempre demasiado ideológicas y poco empíricas. Sin embargo, la base de la teoría es muy significativa. La economía no puede crecer de modo infinito en un ecosistema finito. Una economía puede incrementar la eficiencia en el uso de sus recursos (y lograr el desacoplamiento entre crecimiento económico y uso de los recursos) pero la capacidad de carga de un ecosistema impone límites al crecimiento de la producción y el consumo, tras los cuales solo deviene una insostenible degradación ambiental.
La obra de Jackson trae nuevas ideas y energía al debate sobre el crecimiento. De especial interés me parecen sus recomendaciones. Jackson propone que buquemos como sociedad nuevas vías hacia la prosperidad y no solo hacia el crecimiento económico, del pib. Dirijamos nuestros esfuerzos a las dimensiones no materiales de la prosperidad, es decir, a cultivar los aspectos positivos de las relaciones sociales, la familia, la comunidad, la búsqueda de sentido vital, la disminución de la desigualdad. En definitiva, a conseguir sociedades más funcionales.
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